Abril

Abril

Hola!!! Abril es uno de estos meses que parecen tener vida propia, yo digo que es un mes bipolar y un tanto en tierra de nadie. No pertenece ni al verano ni al invierno, y justamente por eso uno se siente como en una especie de zona intermedia donde te puedes esperar cualquier cosa. Algunos días me levanto con ganas de enfrentar el mundo, mientras que otros simplemente me da por quedarme en casa y desconectar. No es que los días grises sean necesariamente tristes; más bien, me permiten detenerme a pensar y a valorar lo sencillo de la vida.

Al despertar, a veces me sorprendo con un clima que parece decidido a cambiar a cada rato. Un momento está soleado y lleno de energía, y al siguiente, el cielo se vuelve gris y la lluvia empieza a caer. Esa variabilidad me recuerda que en abril, tanto el tiempo como las emociones se mueven sin seguir un guion fijo. He aprendido a aceptar esos cambios sin dramatizarlos; es parte de la magia del mes. En lugar de frustrarme, trato de ver la belleza en esa imprevisibilidad.

Cuando el día está claro, me animo a salir a pasear. No es una salida planificada con grandes pretensiones, simplemente me pongo la chaqueta, agarro las llaves y salgo a caminar por mi barrio. Siempre acompaño esos paseos con Dazel, mi perro, que aunque no sea el centro de mi historia, se ha convertido en un compañero constante. Con él, la rutina se vuelve más llevadera y, aunque a veces el clima no coopere , siempre encontramos la manera de disfrutar del paseo. Dazel  me recuerda que lo importante es seguir adelante, sin importar si el día está soleado o nublado.

A lo largo de abril, noto que mi ánimo fluctúa casi al mismo ritmo que el clima. Hay días en los que me siento llena de energía, lista para hacer planes y salir con amigos, activar vida social , y otros en los que prefiero quedarme en casa, ponerme cómoda y simplemente reflexionar. Es curioso cómo este mes, que se encuentra en un limbo entre estaciones, logra hacerme experimentar una mezcla de sensaciones. No se trata de estar triste por la lluvia o eufórica por el sol, sino de aceptar que ambos estados tienen su encanto y utilidad.

Además, abril tiene otro toque especial que hace que este mes signifique mucho para mí, cumpleaños de mi padre  . No es una celebración a gran escala, sino algo discreto que siempre me hace sonreír. Él me inculcó la pasión por la fotografía y la importancia de ver el mundo de manera simple, sin complicaciones. Ese día, aunque sea solo un detalle más en el calendario, me sirve para recordar de dónde vengo y lo que valoro de la vida. Es una pequeña celebración que se mezcla con las demás vivencias de abril y le da un toque personal al mes.

Aunque el clima de abril a veces me juegue bromas, lo que realmente me gusta es la sensación de libertad que me da. No hay que forzar nada; se trata de aceptar que cada día es distinto y que, en esa diferencia, reside la autenticidad de la vida. La idea de que abril sea un mes “en tierra de nadie” me hace pensar que todo es posible. No tengo que ajustarme a un modelo preestablecido de cómo debería ser el tiempo o cómo debería sentirme. Esa libertad, aunque a veces me ponga en aprietos, también me invita a ser flexible y a disfrutar de lo inesperado.

Entre paseos improvisados, momentos de reflexión en casa y esa discreta celebración del cumpleaños de mi padre, voy viviendo abril de manera sencilla y sin pretensiones. Me gusta pensar que el mes me enseña a estar presente, a no darle demasiada vuelta a cada cambio y a tomar las cosas como vienen. El clima, con sus altibajos, me recuerda que tampoco todo tiene que ser perfecto para ser valioso. Hay días en los que, a pesar de la lluvia, me siento feliz por tener un momento de calma, y otros en los que el sol me empuja a salir y a aprovechar cada instante.

La verdad es que, en abril, aprendo a valorar la diversidad de mis propios estados de ánimo. Me doy cuenta de que es normal tener días de energía y días de introspección, y que no hay que buscar una razón grandiosa para cada emoción. Al final, lo importante es vivir cada día tal como es, sin presiones ni expectativas innecesarias. Es un mes que me invita a ser honesta conmigo misma y a disfrutar de las cosas tal como vienen, ya sean paseos con Dazel  o esos pequeños momentos que marcan la diferencia.

Y tú, ¿cómo vives abril? ¿Te parece tan impredecible y lleno de contrastes como a mí?

 

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