Bienvenido octubre: entre la nostalgia y las redes

Bienvenido octubre: entre la nostalgia y las redes

Playa en un día nublado de octubre con cielo gris y arena mojada

Escribir la fecha en el trabajo y darme cuenta de que ya es octubre siempre me deja un poco sorprendida. El tiempo parece que va en modo rápido, y a veces siento que nos hemos saltado meses sin darme cuenta. Pasamos ya más de medio año y, aunque lo repito cada temporada, este cambio siempre me provoca una mezcla de nostalgia y de reflexión.

Los días se acortan, el sol se esconde antes y aparecen más jornadas grises. En otras partes del mundo octubre huele a hojas secas, a ese típico otoño de colores naranjas, rojos y dorados. Donde vivo, en cambio, no hay ese “otoño de postal”: aquí la temporada es una especie de transición entre un verano que se alarga demasiado y un aire un poco más fresco que empieza a asomarse. Es un otoño distinto, más sutil, sin tanto espectáculo visual, pero igualmente cargado de sensaciones.

Personalmente, este mes me despierta cierta nostalgia. Hay un punto de melancolía en los días más cortos, en ese verano que parece despedirse a medias. Y, al mismo tiempo, siento la necesidad de dar la bienvenida a octubre de la mejor manera posible, con calma, con la idea de que cada estación nos regala algo nuevo.

Entre libros y redes sociales

Aunque he estado menos activa en el blog, no significa que haya estado desconectada. Al contrario: he leído mucho, he mirado, he aprendido. Y sobre todo, he pasado horas descubriendo cómo funcionan las redes sociales, esos canales que son tan importantes para dar visibilidad a un proyecto como Arte Instante.

No es solo publicar una foto bonita y ya está. Hay mucho más detrás: entender qué formato funciona mejor, a qué hora conviene publicar, cómo varía entre plataformas como Instagram, Pinterest o LinkedIn. Y confieso que a veces me supera. Porque una cosa es organizar el tiempo, pero otra muy distinta es tener realmente tiempo para hacerlo bien. No solo se trata de programar publicaciones automáticas, sino de pensar en lo que queremos transmitir, trabajar cada texto, cada imagen, y darle coherencia con lo que somos.

La saturación que no se ve

Detrás de cada publicación hay un esfuerzo silencioso: buscar palabras clave, cuidar la estética, estar atenta a las tendencias. Y aunque disfruto de este aprendizaje, también reconozco que en algunos momentos me saturo.

Es esa sensación de estar corriendo detrás de un tren que nunca se detiene. Cuando frenas, parece que todo el trabajo acumulado se va a perder. Pero cuando no paras, te arriesgas a desgastarte. Es un equilibrio complicado.

Sé que dar continuidad es fundamental: para crecer, para llegar a más personas, para construir una comunidad. Pero también sé que nadie puede sostenerse mucho tiempo sin respirar. Por eso, aunque me cueste, a veces intento frenar, bajar el ritmo y recordarme que este camino es largo.

Octubre como oportunidad

Quizás octubre, con sus días más cortos y su atmósfera más tranquila, pueda ser justo la oportunidad para eso: para reorganizarme, para aceptar que no se puede con todo y que está bien avanzar poco a poco.

Las redes sociales son importantes, sí, pero también lo es vivir el proceso creativo con autenticidad, sin perder la ilusión. Porque al final, las personas no se conectan con un algoritmo: se conectan con historias reales, con emociones, con aquello que transmite cercanía.

Este mes me propongo mirar las redes desde otro ángulo: como un espacio para compartir y no como una obligación imposible. Como un lugar donde puedo mostrar lo que me mueve, lo que me inspira cada día, sin la presión de hacerlo todo perfecto.

Un recordatorio para ti (y para mí)

Si alguna vez también te has sentido abrumado por la lista interminable de cosas que “hay que hacer”, quiero dejarte este recordatorio: no eres el único. Todos, de alguna manera, estamos aprendiendo a equilibrar lo digital con lo personal, lo urgente con lo importante.

Octubre llega con su nostalgia, pero también con su calma. Quizás sea un buen mes para parar un momento, ordenar prioridades y retomar con más fuerza.

Yo lo veo así: no se trata de correr más, sino de avanzar con sentido. De permitirnos esos espacios de pausa que tanto necesitamos, incluso cuando parece que frenar no es “bueno” para el algoritmo.

Al final, lo importante no es solo dar continuidad, sino hacerlo con alma. Y en eso, octubre puede ser un buen aliado.

 

2 comentarios

  1. Paola dice:

    Bellissimo pensiero: Ottobre come opportunità.
    Lasciarsi accarezzare dal vento che muove le foglie e che, forse, offre un buon momento per riflettere e prendere decisioni sentite dal cuore

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *